Como dice la canción, "y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido..", no, fresco, no estoy tan mal, es solo que de un momento a otro simplemente parece que las cosas a mi alrededor cambiaron súbitamente y no me di cuenta. Me quedé sin norte y sin piso. Y claro, está el insomnio como fruto de esta confusión extraña, y escribir es un refuigio y un aliado para mantener la cordura dentro de mi día a día. Leí en algún lado que la gente le huye a la soledad porque teme enloquecer en medio de ella. Yo he aprendido que la soledad puede resultar una excelente compañía, al menos en esos momentos (como mi actual momento bajo) cuando hasta la gente más querida.. estorba. A lo que iba. El estado en el que me encuentro no me permite tomar desiciones, porque de seguro la friego, mejor espero a estar mejor, y hasta mientras, que la vida siga sin mí. Hay un libro (medio extremo, pero genial) que se llama El teatro de los mounstros, a mí me marcó, me hizo pensar mucho en lo irónica que es la vida, en lo distintos que somos los seres humanos, lo difícil de mantener las amistades con el tiempo y que realmente cada cabeza es un mundo, cada uno con sus pendejadas propias, pero intentando sobrevivirle a los fracazos, a los desamores, a la rutina..
De ese libro, lo siguiente:
Y nos quedamos sentados. Esperando.
Esperando a que pasara algo; pero lo único que nos pasó fue el tiempo.
De manera que aquí está.
Todo.
Y que sea lo que la vida quiera.
(Ya escribiré más adelante sobre este libro)
Así es. Ahora, lo dejo todo en manos de la vida, no por rechazar responsabilidades, sino porque, como me decía un pana, al final ella es la única que tiene la razón.